Uno de los hitos más importantes de
la historia de la humanidad se vivió hace 2600 años en Asia Menor. En ése
momento se conoció de la aparición de pequeñas monedas acuñadas en metal que
empezaron a ser utilizadas por aquellas culturas como garantía al intercambio
comercial, cada vez más intenso y amplio en el Mediterráneo. Así se dejaba
atrás el trueque.
En la actualidad vivimos una
revolución de igual importancia y proporciones en el comercio y la vida
económica de las sociedades. Gracias al desarrollo de las telecomunicaciones e
informática se está dando un paso adelante: la desmaterialización del dinero y
su transformación en valores representados ahora en códigos binarios que se
trasladan de un lado al otro del mundo otorgando el valor a las transacciones
comerciales.
Es la aparición del dinero
electrónico también denominado, por su principal característica, dinero móvil o
e-money en inglés. El grupo de investigación del BBVA (2015) la describe como
“…un instrumento financiero que almacena valor electrónicamente contra la
recepción de fondos equivalentes por parte del emisor”. Se utiliza como medio
de pago para servicios, compras, recargas aceptado por terceros y avalado por
un emisor, quien garantiza su pago.
Requena y otros (2006) definen el
dinero electrónico como un medio que permite al usuario realizar transacciones
sin la necesidad de cargar con efectivo utilizando para ello el internet. No se
trata, por lo tanto, de una nueva moneda sino un canal de uso e intercambio en
forma electrónica del dinero físico.
Mediante la utilización de un
dispositivo electrónico, puede transferirse entre usuarios diversos lo que la
dota de la propiedad de ser efectivo al portador. El dinero electrónico es
representado como un monedero virtual, una tarjeta de pago prepagada, tarjetas
de débito, crédito y, más recientemente, dispositivos electrónicos como los
teléfonos celulares.
Ya sea como tarjeta, como monedero
virtual o dispositivo electrónico, el usuario tiene capacidad de utilizar su
dinero a través de puntos de ventas, cajeros automáticos, lectores de tarjetas,
computadoras. Se puede hacer transferencias de teléfono a teléfono u otras
operaciones diversas.
Ventajas y desventajas del dinero
electrónico
Entre las ventajas del dinero
electrónico se destaca su facilidad de uso, su accesibilidad, la seguridad, la
disponibilidad hasta aspectos diversos como la higiene y la ecología. Por sus
características, el dinero electrónico funciona de manera complementaria a la
plataforma móvil de la banca siendo, en la práctica, un sustituto del dinero
físico representado por el papel moneda y las monedas.
Otro de los aspectos que se debe
tomar en cuenta es la necesidad de familiarizar al usuario con el dinero
electrónico. Corresponde a un proceso de aprendizaje y reeducación intensiva a
las sociedades por parte de los gobiernos y la banca sobre la validez e
importancia del uso de esta forma de dinero. Es la llamada curva de aprendizaje
del usuario.
Los bancos deben también desarrollar
una red que permita homologar sus sistemas electrónicos con el uso de este
dinero móvil para dar respuestas claras a las expectativas y necesidades de los
usuarios. Los especialistas señalan (Diario Gestión, Perú, 2014), “que si esta
red no es lo suficientemente sólida habrá problemas de liquidez y los usuarios
van a desconfiar de esta herramienta”.
Entre las desventajas señaladas se
encuentran, que por razones técnicas, el dinero no se encuentre a disposición
del cliente, que se use este canal como mecanismo para facilitar delitos como el lavado de dinero producto de
actividades ilegales, financiamiento al terrorismo o que se pierda.
La visión internacional
El uso del dinero electrónico se ha
venido consolidando a nivel mundial. Un ejemplo claro de esto es Dinamarca,
país que se ha propuesto, a corto plazo, ser el primero que elimine el papel
moneda y las monedas para sustituirlo por el dinero electrónico. Este año se
prohibió el uso de dinero en efectivo en tiendas de ropa, estaciones de
servicio y restauranes,
El Estado de Dinamarca fundamenta su
decisión en la necesidad de eliminar los costes administrativos y financieros
que implica el uso del dinero físico. Pero además de esta situación hay una
realidad: todos los adultos en edad económicamente activa, tienen tarjetas de
crédito ya que, desde el año 1990, los pagos en efectivo han caído: solo un
cuarto de los pagos se hacen en efectivo.
Ecuador y Perú han decidido, como
política de Estado, impulsar el uso del dinero electrónico a través de los
servicios de la telefonía móvil. La razón es la lucha contra la exclusión
financiera de la población ya que, en promedio, el 40% de la población activa
no posee cuenta bancaria pero el 100 por ciento tiene acceso a telefonía
celular.
En México la razón de impulsar el
uso del dinero electrónico es el costo de reposición de los billetes viejos y
deteriorados. Un estudio de la Universidad de Tuffs de los Estados Unidos
señala que anualmente el estado mexicano invierte mil 250 millones de pesos, a
los ciudadanos de ése país les cuesta 2 mil 300 millones de pesos en gastos
relacionados con el manejo en efectivo e invierten 48 millones de horas al mes
frente a los cajeros automáticos dispensadores de dinero en efectivo.
En ése mismo estudio, los profesores
Bhaskkar Chakravorti y Benjamín Mazzota, indican que las razones para impulsar
el uso de dinero electrónico por parte del Gobierno norteamericano se pueden
dividir en dos: pérdida de tiempo productivo, en promedio un norteamericano
utiliza 28 minutos al mes frente a un cajero electrónico para obtener dinero en
efectivo. En segundo lugar, hay una evasión fiscal de más de 100 mil millones
de dólares en pagos en efectivo que no se declaran. Es la llamada economía
subterránea.
Teléfonos móviles: el futuro (inmediato)
del dinero móvil
Si bien la alianza entre el dinero
electrónico y la banca ha sido el principal baluarte en el proceso de
consolidación de esta herramienta de intercambio y comercio internacional el
bajo índice de bancarización en Latinoamérica se constituye en el principal
obstáculo para la masificación del uso del e-dinero.
Esta situación ha llevado,
fundamentalmente desde el año 2014, a una nueva alianza para la popularización
del uso del dinero electrónico y que incorpora a los operadores de telefonía
móvil replicando la experiencia exitosa que se vive en otra región del mundo
con problemas de bancarización: África.
Es la creación de opciones de uso de
dinero electrónico basado en el uso de dispositivos móviles permitiendo que
otros sectores de la economía, en este caso los operadores de comunicaciones
móviles puedan emitir dinero electrónico. Es así como Perú, Uruguay, Paraguay,
Colombia y Ecuador han activado sistemas de pago con dinero electrónico de
servicios básicos, envío de encomiendas, entre otros aspectos a través de 30
operadores diversos.
En este caso el usuario de cualquier
celular podrá solicitar a su operador la incorporación de un menú que le sirve
de plataforma de base para la operación mediante un sistema de recarga prepago
que le permite hacer las transacciones de acuerdo a su valor sin la necesidad
de dinero en efectivo.
El sistema permite un doble canal de
acción: convertir dinero en efectivo a dinero electrónico y convertir este a
dinero en efectivo. Otra de las operaciones que permite el uso del dinero
electrónico a través del celular es la posibilidad de transferir de un usuario
a otro, lo que amplía las posibilidades vinculadas al comercio
electrónico.
Hay razones de peso que alientan la
incorporación de la telefonía móvil como canal para el uso del dinero electrónico.
En principio, se estima que casi el 93 por ciento de las familias
Latinoamericanas tienen acceso a la telefonía celular. Estos operadores cubren
amplias áreas territoriales, tienen una base de datos que incluye a millones de
clientes que no se encuentran bancarizados, también poseen una red de
representantes y servicios que superan ampliamente a la red bancaria.
Para garantizar las operaciones se
utilizan las mismas medidas de seguridad de cualquier servicio de pago en
internet: el uso de clave, código de tarjeta, entre otras. Las empresas
operadoras celulares que patrocinan este sistema señalan que la pérdida o robo
del equipo no implica riesgo para el dinero electrónico del usuario que se
mantendrá en la red hasta que lo requiera el usuario mediante el uso de su
clave.
El caso venezolano
El uso del dinero electrónico en
Venezuela va a la saga de los avances que se viven en el resto del continente.
Se debe, fundamentalmente, a la situación económica del país que ha limitado el
desarrollo de esta modalidad tanto en términos de comercio como en innovaciones
incorporadas al mercado.
Las leyes venezolanas conciben el
uso del dinero electrónico como un contrato por medios electrónicos entre
partes a través de la red. Este contrato tiene un carácter obligacional ya que
se transfiere la propiedad de un bien o servicio a cambio del pago mediante
dinero electrónico cumpliendo con los principios legales del pago:
universalidad, uniformidad, celeridad y seguridad en la operación.
Barroso y otros (2002) desarrollan
una investigación sobre el tema del uso del dinero electrónico en Venezuela en
la que concluyen sobre los aspectos más destacados de la relación del usuario
nacional con este mecanismo de pago. Entre otros aspectos indica que el usuario
siente extrañeza al no sentir materializado el dinero: es decir, todavía existe
desconfianza al usuario “no ver” el dinero. A esta situación hay que sumar que,
en la actualidad, la escases de productos diversos en farmacias y redes de
abastecimiento impulsan a los expendedores a solicitar dinero en efectivo para
la compra de productos, lo que desestimula el uso de dinero electrónico.
Hay que sumar el no estimado el
fenómeno del denominado “bachaqueo”, una economía subterránea, vigente y de
pleno uso del dinero en efectivo lo que consolida el hábito de uso del dinero
en efectivo.
Las tarjetas de débito y crédito
Las tarjetas electrónicas o
inteligentes basadas en tecnología de chip se han convertido en el medio de
pago con dinero electrónico más usado en la actualidad. Las de débito vinculan
el pago de un bien o servicio a la existencia de una cuenta bancaria que posee
el usuario por lo que algunos definen las tarjetas de débito como herramientas
financiera que sustituyen a los cheques.
Por su parte las tarjetas de crédito
son instrumentos por medio del cual los tarjetahabientes pueden diferir el
cumplimiento de pagos de servicios que son asumidos frente al vendedor, por una
entidad financiera. El usuario queda obligado frente a la entidad en el pago de
las cuotas diferidas y sus respectivos intereses.
En ambas casos el chip opera como un
microprocesador que reúne la información básica del cliente, datos de seguridad
y elementos de comunicación con puntos de venta u otros servicios de
intercambio comercial.
En nuestro país el Estado reconoció
estos instrumentos de pago como canales de uso del dinero electrónico el
aprobar, en el año 2008, la Ley de Tarjetas de Crédito, débito, Prepagadas y
demás tarjetas de financiamiento o pago electrónico. Con esta norma se otorgan
a los usuarios derechos, se establecen garantías y mecanismos de seguridad en
las operaciones por ella amparadas.
Ése mismo año la Superintendencia de
bancos (Sudeban) emitió dos instrumentos legales vinculados al tema del uso de
tarjetas y el comercio: Normativa de Tecnología de Información, Servicios
Financieros desmaterializados, Banca electrónica, virtual y en línea. Este
instrumento se refiere a la operatividad de la banca para garantizar la
seguridad de todas las operaciones con dinero electrónico y la banca en línea.
Para el 2011, Sudeban publica una normativa que regula el uso de los servicios
de la banca electrónica que ratifica el tema de la implementación de sistemas
seguros.
Un estudio del Banco Central de
Venezuela publicado el 11 de febrero del 2016, indicó que, para el 31 de
diciembre del 2015, existían en el país 424.638 puntos de venta en 347.977
negocios afiliados en el país que aceptaban tarjetas de crédito. Se suman
41.472 puntos que solamente aceptan tarjetas American Express de BOD.
En el caso de las tarjetas de débito
además de los puntos indicados hay que sumar la existencia de 10.429 cajeros
automáticos. En cuanto a los montos transados un informe de Datanalisis
reseñado por Salmeron (2015) en la página Prodavinci, indica que el uso de las tarjetas
de crédito creció en 45% al cierre del 2014, esto debido, fundamentalmente, a
que el usuario estaba financiando gastos del hogar (alimentos) mediante este
instrumento en supermercados y abastos, clínicas y farmacias además de
operaciones de avance en efectivo.
La tarjeta de crédito representa el
17,9 % del total de los préstamos en Venezuela. La conclusión de los
especialistas es que el venezolano está utilizando el crédito bancario como un
ingreso adicional de cierre de mes.
El Comercio electrónico en Venezuela
Para analizar el tema del comercio
electrónico en Venezuela hay que identificar algunos hitos importantes. En
primer lugar el desarrollo de internet en nuestro país. Barroso y otros indican
que entre 1980 y 1996 la incipiente internet fue de uso exclusivo de la
comunidad científica y académica en la red SAICYT que conectó algunos nodos
nacionales con la Universidad de Princeton.
En el año 1996, Conatel marca otro
hito al otorgar concesiones a siete proveedores locales para ofrecer servicios
de conexión a internet, lo que puso la red de redes al alcance de todos y abrió
la compuerta para operaciones comerciales. Eso significó un desarrollo
acelerado de la actividad en redes y por ende, el establecimiento de internet
desde la perspectiva del comercio.
Ese año hicieron su aparición los
primeros motores de búsqueda nacionales como Auyantepui.com y Chevere.com
además de la presencia en redes de los principales medios nacionales:
elnacionalonline y el universal digital.
Las primeras empresas de comercio
nacional identificadas fueron teleflores.com y locompro.com. Se ubica a estas
empresas como parte de la primera fase del comercio electrónico en Venezuela ya
que en esta fase no se cerraba el ciclo de cobranza ya que para ello se
utilizaba la plataforma tecnológica de la banca extranjera lo que obligaba al
usuario el pago en dólares por sus transacciones.
En el año 1997 nace el primer
internet banking nacional. La de Banco Mercantil lo que permitió ofrecer
plataforma de servicio nacional en el comercio electrónico. Ése mismo año
SAICYT se transforma en la red Reaccium en el plano académico para el año
siguiente ya esta red pasa a administrar el dominio .ve. Durante el año 1998 la
empresa venezolana Cabletel pasa a ser la primera en ofrecer acceso comercial a
internet a través de fibra óptica.
En esta ruta acelerada de cambios en
el sector la empresa CANTV ofrece en el año 1999 el primer servicio de correo
electrónico gratuito y tarifa plan para el acceso a internet lo que le dio un
impulso notable al comercio electrónico. De hecho, meses después nace la Cámara
Venezolana de Comercio Electrónico, Cavecom-e.
En el marco de una acelerada
competencia Telcel introduce el primer mall de comercio electrónico nacional a
través del portal mipunto.com: el primer sitio venezolano que utilizó la
plataforma bancaria local para completar las transacciones de compra en línea.
Paralelamente la empresa Magnabyte ofertó el primer servicio B2B con identidad
e-comerce en Venezuela.
La evolución del comercio
electrónico en Venezuela se puede medir a través de los siguientes indicadores.
En el año 1999 se negociaron 800 millones de dólares en B2B, pero solo 5
millones en B2C en operaciones que involucraron a 852 mil personas. La razón de
este bajo nivel de transacciones para el comercio electrónico fueron, a juicio
de los expertos, tres: desconfianza y novedad en el canal, poco atractivo en la
oferta, y la valorización superlativa que hacía el venezolano al poder ver y
probar los productos antes de comprar.
16 años después, para el 2015, la
Cámara Venezolana de Comercio Electrónico señala en un informe que el 60,33% de
la población usa internet y solamente 3% de la población realiza transacciones
de comercio electrónico. Se traduce esto en 3,4 millones de compras al mes, 70%
de ellas en servicios y 30% en productos entregables. 1200 millones de dólares
al cierre del 2014 en monto global esperando conocer las cifras del 2015, en
las cuales se estima un crecimiento del 40% en volumen de artículos vendidos
pero montos similares al cambio ya que los precios de los productos fueron más
baratos.
Cavecol hace una clara descripción
de este mercado: “marginal, insípido y contraído”. Un mercado en donde no se
cumple el ciclo natural del canal de comercialización (comercialización,
transacción, pago y facturación electrónica) ya que el último paso del proceso
no se aplica en el país al no existir una Ley de Comercio Electrónico que ya
tiene tres años en fase de proyecto en la Asamblea Nacional.
Siguiendo la línea del desarrollo
del comercio electrónico en el resto de Latinoamérica, en Venezuela la
telefonía móvil se incorpora como canal para el uso del dinero electrónico. De
hecho este año el Banco Provincial (BBVA) lanzó su producto de pago de
servicios por teléfono acreditando los pagos mediante el uso de cajeros
automáticos.
Este mecanismo, innovador en nuestro
mercado, aún está lejos del desarrollo alcanzado en otros mercados del
subcontinente en donde ya se ha dejado de lado la exclusividad en el manejo del
dinero electrónico por parte de la banca, siendo otros los emisores y respaldo,
en este caso operadores de telefonía móvil.
Visa internacional contrató a la
empresa Euromonitor un estudio sobre la proyección del mercado de comercio
electrónico en Latinoamérica. Una de las principales conclusiones de este
informe es determinar que el e-comercio tendrá un crecimiento promedio de 13%
en todo el subcontinente para cerrar el 2018 con operaciones de 85 mil millones
de dólares.
Esta conclusión se encuentra respaldada
por un informe elaborado por la empresa Easy Solutions que ubica al comercio
electrónico como el segundo canal de distribución minorista en crecimiento.
Otro de los aspectos destacados del informe es determinar que 31% de los
latinoamericanos con cuenta bancaria no usan internet para sus transacciones
comerciales, 47% la usan más de una vez al mes y 21% menos de una vez al mes.
En Venezuela, a pesar de la
contracción económica y otras limitantes, hay un espacio claro para la
creatividad y la innovación en el sector del comercio electrónico. En marzo de
este año, la alcaldía de Naguanagua, en el estado Carabobo, presentó el primer
proyecto en país de ordenanza para la creación de una zona de comercio
electrónico.
El objetivo es transformar al
municipio en la capital venezolana del comercio electrónico protegiendo a
emprendedores y empresas ofreciendo incentivos y protección a la creación
dirigidas al sector. La alcaldía apoyará todo el proceso de legalización de
estas empresas, incentivos fiscales, parafiscales y la permisología
correspondiente.
Es claro que el futuro inmediato del
comercio electrónico está más relacionado a la incorporación de la plataforma
de telefonía móvil, la ampliación de sus potencialidades y servicios. El paso
de pagos de servicios y bienes por el sistema prepago a la vinculación de estos
pagos a cuentas bancarias personales, servicios de crédito y bancarios en
general es fundamental para este desarrollo.
El teléfono móvil como banco está a
la mano.
Referencias
Barroso, M.,
Herrera,M., Spira, Raquel (2002) Situación actual del comercio electrónico en
Venezuela. Universidad Católica Andrés Bello y Escuela de Organización
Industrial de España. Proyecto final. Caracas, p.p (1,2)
Dinero electrónico en Latinoamérica.
Informe del Grupo de investigación de BBVA España. Abril 2015, publicado en la
página web
https://www.bbvaresearch.com/wp-content/uploads/2015/05/Situacion_Economia_Digital_3.pdf.
Fecha de consulta: 02-04-2016
¿Sabe que es el
dinero electrónico y cómo sacarle el jugo? Edición 06 junio 2014. Gestión,
Diario de Negocios Perú.
Los beneficios del
dinero electrónico.
Diario El Comercio. Publicado el 05 mayo de 2015, en página web:
www.elcomercio.com/actualidad/dinero-electronico-transacciones-tips-banco.html.
Proyecto de ordenanza para creación de
zona de comercio electrónico. Publicado en Somos Noticia, 11 marzo de
2016. Consultado en página web:
http://www.somosnoticias.com.ve/noticias/presentado-proyecto-de-ordenanza-para-creacion-de-zona-de-comercio-electronico
Salmeron, V. (2015) Tarjetas
de crédito en Venezuela: una burbuja a punto de explotar. Prodavinci Artículo
periodístico. Publicado en página web http://prodavinci.com/2015/05/11/actualidad/tarjetas-de-credito-en-venezuela-una-burbuja-a-punto-de-explotar-por-victor-salmeron/.
Consultado el 05/04/2016
Karen E.
Requena M. y otros: "El dinero
electrónico y la desaparición de los medios de pago tradicionales en países
subdesarrollados" en Observatorio de la Economía Latinoamericana Nº
57, marzo 2006.